sábado, 29 de marzo de 2014

El Matiz

30 de marzo, cuarto domingo de Cuaresma

YO SOY LA LUZ DEL MUNDO

Seguimos avanzando en el camino hacia la Pascua, que este año
concebimos, en la comunidad parroquial como una peregrinación.
Vamos a recorrer durante las cinco semanas de la Cuaresma,
cinco etapas de conversión del corazón.

Y en este cuarto tramo Jesús se nos presenta
devolviendo la vista a un hombre, que por su ceguera de nacimiento
vivía en la más densa de las oscuridades.
Caminar hacia la luz, como hijos de la luz, nos pone frente a Jesús,
Como frente a un espejo.

Su interés por los que son despreciados y excluidos
le hace estar en comunión con ellos. Y porque, les siente como suyos,
les da lo que necesitan.
Esa es la clave de este pasaje: Jesús es LUZ para el ciego porque
interesándose por él, se acerca, le toca y le sana.

Alguien que se porta así conmigo es mi LUZ.
Y me compromete a ser LUZ para los demás.