El Matiz

27 de abril, segundo domingo de Pascua

LA PASCUA DE LA COMUNIDAD

Celebrar la Pascua es diferente cada año y para cada persona.
Pascua significa “paso”: dar un paso.
Jesús, el Señor, dio el suyo que resultó definitivo para vivir.
Los suyos debemos darlo con El.

Los seguidores de Jesús no estamos solos, y por eso
es también la “Pascua de su comunidad”.
El mismo nos felicita, según el Evangelio: “Felices los
que crean sin haber visto”. Es lo que celebramos cada domingo,
reunidos en comunión con El, y con los demás.

No se trata de hacer ritos o gestos vacíos, sino de celebrar la VIDA:
Se trata de “experimentar”, de “tocar” como Tomás, o, mejor dicho,
de “ser tocados” por Jesús.

En una comunidad con el Resucitado puesto en medio no es
posible la pasividad, la rutina o la inercia.
El Espíritu del resucitado despierta la vida, la creatividad, la apertura
la alegría y la paz.

¡Señor mío y Dios mío!

El Matiz

6 de abril, quinto domingo de Cuaresma

YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA.
EL QUE CREE EN MI, VIVIRÁ.

Cada año la Cuaresma nos pone en camino hacia la
Pascua. Nos convertimos en peregrinos que quieren ser
creyentes nuevos, renovados, actuales, para vivir más
y mejor según la invitación de Jesús.

Cuando este año se nos ha hablado en las distintas etapas
que hemos recorrido durante la Cuaresma, de ceguera, sed,
y, ahora, de muerte, son indicaciones que tienen que ver
con nosotros sedientos de tanto amor, ciegos de tanta ambición
y necesitados de vitalidad para darle a la vida dignidad y altura de miras.

Así descubrimos a Jesús desde lo profundo: El es el agua viva, la luz,
la Vida. Cuando descubrimos que la Vida es Jesús, sentimos la necesidad
de vivir en comunión con él, y, consecuentemente, con los demás.

También este año oímos aquí, en nuestra comunidad: ¡Ven fuera!