NO HAGÁIS FRENTE A QUIEN OS AGRAVIA
En medio de una sociedad como la nuestra, en la que suena y resuena la Ley del talión –ojo por ojo y diente por diente-, ¡qué difícil hacer del perdón la forma más cabal de desarticular la venganza y la violencia que ella genera!.
La Ley del Talión fue todo un progreso, en su tiempo, y retribuía con daño proporcionado, a quien había causado daño.
Jesús, no obstante, hace una propuesta nueva, inmensa, sorprendente. Y pone en pie el evangelio de la no-violencia activa. Su ejercicio y puesta en práctica ha sido de lo más revolucionario de la historia de la humanidad. Todo un hito. Y la han cultivado los grandes místicos de nuestro tiempo. Sólo la no violencia activa es capaz de romper la espiral de violencia que se genera cuando alguien ocasiona a otro daño alguno. “No hagáis frente a quien os agravia”
Empecemos por nosotros. Pacifiquemos el corazón y sembremos la paz, devolviendo bien por mal.