9 de febrero, quinto Domingo
VOSOTROS SOIS LA LUZ Y LA SAL DEL MUNDO
Vivir, lo mismo que creer, es avanzar. No se trata de tener conocimientos nuevos, se trata de SER personas nuevas, creyentes renovados según la luz de Jesús.
Nadie puede hacer esa renovación por nosotros: cada uno ha de vivir la experiencia de la fe, una experiencia que toca lo más profundo y que lo orienta según los valores de Jesús.
No es fácil vivir hoy esta experiencia, acertar a ser luz en medio de nuestro mundo.
Pero cuando uno tiene sabor y gracia, cuando uno descubre la luz de Jesús, esa luz y ese sabor acaban notándose en el entorno.
Y esa es la tarea, la misión, de los cristianos: poner sabor, luz y gracia a la vida y en la vida. Aportar sabor al mundo de hoy junto a otros muchos que también lo hacen.
